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Desde 2021, Argentina integra oficialmente el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura. Para nuestro país, el AIIB  representa una nueva fuente multilateral de financiamiento para sectores estratégicos como la infraestructura, la energía, las telecomunicaciones y el transporte, entre otros. Sin embargo, el AIIB resulta un banco poco conocido. ¿Cómo funciona y qué implicancias tiene para el país el ingreso a esta institución impulsada principalmente por China? Presentamos un nuevo informe con el análisis.

El presidente argentino irá a Beijing el 4 de febrero para participar de la apertura de los Juegos Olímpicos y luego mantendrá encuentros con Xi Jinping. La expectativa es cerrar acuerdos firmes de inversión. Se espera que el ingreso a la Iniciativa de La Franja y la Ruta sea un punto sobresaliente de la visita.

Si no hay contramarchas por razones sanitarias, el 4 de febrero Alberto Fernández participará de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing. Además de los Juegos de Invierno, el viaje a Beijing coincide con la celebración de los 50 años de las relaciones bilaterales entre Argentina y el gigante asiático. El viaje presidencial tendrá escalas en las ciudades de Moscú, Beijing y Bridgetown. 

La integración de la Argentina como un eslabón estratégico en el Cono Sur: la Iniciativa de la Franja y la Ruta

En la parada china, la mira está puesta en que la Argentina se incorpore a la denominada  Iniciativa de La Franja y la Ruta (IFR, también conocida como la “Nueva Ruta de la seda”). El canciller Santiago Cafiero ratificó la intención argentina de adherir oficialmente a la Iniciativa. Es la primera vez que desde Cancillería hay un pronunciamiento explícito sobre el tema, aunque fue anticipado por el embajador Vaca Narvaja.

La IFR es la marca con la que se conoce a la política exterior china de promover la inversión en infraestructura en el resto del mundo, principalmente en las zonas emergentes y en vías de desarrollo. Si bien se trata de una política presente desde principios de siglo, el concepto de la Franja y la Ruta empieza a surgir en 2013 cuando Xi Jinping asumió la presidencia de China y le brindó a esta práctica un mayor contenido programático y estratégico. A grandes rasgos, la Nueva Ruta de la Seda se trata de dos grandes rutas comerciales: una Franja (como vía de comunicación terrestre) y una Ruta (como vía marítima). En esa línea, con la Iniciativa de la Franja y la Ruta se ha buscado mejorar la conectividad comercial en torno a China y, en el terreno geopolítico, elevar el perfil del país en el hemisferio sur.

En total, 139 países, provenientes de África, Asia, Europa y minoritariamente de América Latina y el Caribe se han adherido a la IFR. La invitación a los países latinoamericanos para incorporarse se formalizó en el Foro China-CELAC, en enero de 2018. Al momento, 19 países del subcontinente han adherido a la Iniciativa, restando las tres mayores economías (Brasil, México y Argentina). De este modo, Argentina sería la primera en incorporarse. Por su parte, Panamá fue el primer país que se incorporó al proyecto chino.

Ahora bien, cabe destacar que no es un requisito excluyente adherirse a la Franja y la Ruta para recibir inversión china en materia de infraestructura. De hecho, según el relevamiento de Red ALC-China, entre 2018 y 2020, Argentina fue el mayor receptor de inversiones chinas en infraestructura de toda la región.

Desde el año 2009, China ha venido desarrollando aceleradamente la cooperación financiera con Argentina en materia de construcción de infraestructura, por lo cual ser parte de la IFR podría brindar mayor impulso a los 16 proyectos existentes y, posiblemente, sumaría otros. Sin embargo, para que la IFR resulte beneficiosa, será esencial que las contrapartes acuerden proyectos favorables para ambos países, que no consistan exclusivamente en el otorgamiento de créditos destinados a la adquisición de insumos procedentes de China y se basen en el desarrollo de inversiones y transferencia tecnológica, la asociación con compañías locales, el empleo de mano de obra e insumos argentinos y la realización de evaluaciones del impacto ambiental, (entre otros).

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Camila Victoria Bocco

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Gonzalo Roza, gon.roza@fundeps.org

El Gobierno envió un documento a Beijing con 17 proyectos de infraestructura que propuso para ser financiados con capital chino. Se esperan avances en proyectos de cooperación nuclear entre Argentina y China.

En el documento titulado «Nuevo Plan Quinquenal Integrado a proponer» figuran los 17 proyectos que la Secretaría de Asuntos Estratégicos, liderada por Gustavo Béliz,  y el canciller Santiago Cafiero enviaron para evaluar los potenciales de sustento económico por parte de China. El documento se presentó ante la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de China (CNDR), que es el órgano planificador del gobierno de Xi Jinping.

El Nuevo Plan Quinquenal Integrado contempla las siguientes obras:

1-Central nuclear IV

2-Represas del Sur Kirchner y Cepernic

3-Obras sistema de gasoductos

4-Rehabilitación sistema de Ferrocarriles línea San Martín

5-Rehabilitación sistema de Ferrocarriles línea Roca

6-Rehabilitación línea de ferrocarriles Belgrano Cargas

7-Plan modernización redes ferroviarias

8-Buenos Aires Pasajeros material rodante

9-Plantas de tratamiento de agua potable y acueductos

10-Parque fotovoltáico Cauchari 4 y 5 Ampliación

11-Puentes: Chaco/Corrientes- Santa Fe/Paraná

12-Corredores viales y mejoramientos

13-Programas de conectividad y fibra óptica

14-Obras de transmisión y distribución eléctrica

15-Argentina Polo Energético Zarate-Centrales eléctricas

16-Programas de vivienda y hábitat

17-Parque eólico Cerro Arauco 

Además, en el documento girado desde Buenos Aires aparece el ítem 18 bajo el rubro “otros a definir/propuesta china”. 

El primer punto de los proyectos de inversión es la construcción de la central nuclear IV y merece una mención especial ya que  lleva más de 10 años en carpeta. Este proyecto de instalación de reactores nucleares con tecnología estrictamente china empezó a moldearse en el último año del gobierno de Cristina Fernandez. Probablemente, uno de los motivos que ralentice las negociaciones se vincule con que, al utilizarse el uranio enriquecido como combustible, se dejaría afuera la tecnología canadiense que históricamente utilizó la Argentina para sus centrales nucleares y esto implicaría la importación de una tecnología que ataría su funcionamiento al país asiático. De igual modo, la central sería «llave en mano». Al respecto, desde el Gobierno Nacional se resaltó el importante rol que la energía nuclear juega en la materialización de las metas de reducción de emisiones que la Argentina sostiene en los foros internacionales y se enfatizó en la importancia de maximizar la participación de la industria local y de una adecuada transferencia tecnológica.

También se cuestiona el costo de financiamiento: solo la central nuclear tendría un costo estimado entre 8.000 y 9.000 millones de dólares. Para avanzar en las negociaciones se encuentran la NASA (Nucleoeléctrica Argentina S.A) y la CENEA (Comisión Nacional de Energía Atómica). 

Por el contrario, sobre las líneas ferroviarias norpatagónicas existen más consensos y diálogos concretos. 

En relación a los proyectos de aprovechamiento de la energía eólica se contempla la inversión en el Parque Eólico «Cerro Arauco» de La Rioja. De igual modo, se mencionan acuerdos para la construcción del Polo Energético en Zarate (gas). 

Por último, en la minuta de proyectos se nombra  la realización de un acueducto y plantas potabilizadoras y la remodelación de los puentes Chaco-Corrientes y Santa Fe – Paraná. Igualmente, en el listado aparecen rubros ambiguos como los «Programas de conectividad y fibra óptica» que según fuentes del gobierno nacional aludirian al desarrollo de la tecnología 5G (o de quinta generación) en telefonía celular. También se mencionan «obras de transmisión y distribución eléctrica» que no tienen detalle alguno.

Como observación final, cabe señalar  que al menos 9 de estos proyectos  (construcción de central nuclear IV, Parque Voltaico Cauchari, Buenos Aires Pasajeros Material Rodante, Parque eólico Cerro Arauco, Rehabilitación sistema de Ferrocarriles líneas San Martín, Roca y Belgrano Cargas, Represas Kirchner y Cepernic,Argentina Polo Energético Zarate-Centrales eléctricas) ya fueron incluidos previamente en el “Plan Quinquenal Integrado China-Argentina para la Cooperación en Infraestructura (2017-2021)», aunque en muchos casos no han habido avances concretos durante los últimos 5 años

Avances en proyectos de cooperación nuclear entre Argentina y China

Argentina cuenta con una larga tradición en energía nuclear, con más de 70 años de experiencia en el rubro. En la actualidad, la energía nuclear representa el 7,5% de la matriz energética argentina y el gobierno de Alberto Fernández manifiesta intenciones de aumentar este porcentaje sobre la base de cooperación con China.

Con el objetivo de profundizar las relaciones en materia de tecnología nuclear, el embajador de Argentina en Beijing, Sabino Vaca Narvaja, dio un discurso en la celebración del “Día de CNNC” (Corporación Nuclear Nacional de China) y mantuvo una reunión con el gerente general de la State Power Investment Corporation (SPIC), uno de los cinco grupos energéticos de China y la generadora de energía solar más grande del mundo, con quien acordó la firma de un memorándum de entendimiento (MoU) que prevé la cooperación estratégica entre SPIC y la empresa rionegrina INVAP.

Al respecto, la representación diplomática en China, explicó que el objetivo al que se apunta con estas asociaciones en materia nuclear es que el país “pueda seguir diversificando sus oportunidades con el gigante asiático, más allá de la exportación de productos primarios”, con el horizonte de tener “una agenda de cooperación que tenga como eje central la transferencia de tecnología  y capacidades hacia las empresas del país. El memorándum se firmaría durante la visita presidencial anunciada para el mes de febrero.

Los proyectos que estarían en el memorándum. En relación al memorándum de entendimiento con SPIC, Vaca Narvaja detalló que ese acuerdo formalizará una serie de iniciativas conjuntas con la empresa argentina INVAP, entre ellos un proyecto de soluciones tecnológicas en el rubro de la medicina nuclear, sector en el que Argentina tiene desarrollos valorados a nivel mundial. La cooperación con INVAP se sumará a otros trabajos en conjunto con empresas argentinas del sector energético, como NUCLEARIS, radicada en Villa Martelli, dedicada a la fabricación de componentes mecánicos para la industria nuclear, que se encuentra encarando proyectos en China y  CONUAR (Combustibles Nucleares Argentinos) y la mendocina IMPSA que están en conversaciones para el mantenimiento de centrales de tipo CANDU (Canadian Uranium Deuterium) en suelo chino, una tecnología en la que la Argentina se ha especializado. 

Consideraciones finales

Puede concluirse, entonces, que la relación entre la Argentina y la República Popular China se intensifica en paralelo al rol cada vez más relevante del país asiático en la economía internacional.

En este sentido, la propuesta del Nuevo Plan Quinquenal se trata de una de las mayores apuestas del Gobierno en materia de acuerdos económicos y comerciales internacionales previstos para la post pandemia. Para Argentina, estos acuerdos representan una oportunidad de desarrollo, sin embargo se debe tener especial cautela en cuanto a los riesgos y los potenciales aspectos negativos de los mismos, que pueden derivar en incrementos desmedidos de la deuda, impactos negativos a nivel socio-ambiental de los proyectos de infraestructura, problemas de competitividad en el ámbito comercial y la tendencia hacia la reprimarización de la economía argentina. Inexorablemente, el monitoreo sobre los proyectos resulta una pieza fundamental para garantizar la transparencia y la rendición de cuentas gubernamental.

Tampoco se debe perder de vista la opacidad y la poca transparencia: resulta necesario hacer expresa referencia a las cuestiones de transparencia y acceso a la información de la gran mayoría de estos acuerdos, cuyos aspectos generales tal vez salgan a la luz pero no así sus detalles ni las especificaciones en cuanto a su implementación.

 

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Camila Victoria Bocco

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Gonzalo Roza, gon.roza@fundeps.org

Rumbo al festejo de los 50 años del inicio de las relaciones diplomáticas entre China y Argentina, los vínculos entre ambos países se continúan intensificando. El pasado 30 de octubre, el canciller argentino Santiago Cafiero mantuvo una reunión con el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, en el marco de la cumbre del G20. Allí, acordaron trabajar de manera conjunta en áreas estratégicas: energía, comunicaciones y Antártida.

Mientras los jefes de Estado y de  Gobierno del G20 se reunieron en Roma para celebrar una cumbre crucial hacia la consolidación de un pacto de cero emisiones, el canciller argentino aprovechó la oportunidad para reunirse con su par de China, Wang Yi. En dicho encuentro, el gigante asiático se comprometió a continuar con la venta de vacunas y material sanitario al gobierno argentino, y a concretar lo antes posible un Memorándum de Entendimiento de cooperación para promover la sinergia de sus respectivas estrategias de desarrollo en áreas como las comunicaciones (5G), minería, energía, la explotación de la Antártida y los mares, y en materia aeroespacial.

El ministro chino destacó el trabajo conjunto entre ambos países. De acuerdo con Wang, dicha labor se enmarca en relaciones diplomáticas de larga data caracterizadas por el respeto mutuo, equidad y el firme apoyo en temas de interés central para cada una de las partes. Asimismo, dió cuenta de la fortaleza del vínculo sino-argentino luego de resistir una situación internacional volátil.

Esta intensificación de las relaciones se da de manera concomitante con dos situaciones, por un lado,  un rol cada vez más protagónico de China en el comercio internacional y, por otro lado, un proceso de transformación del orden internacional caracterizado por el declive hegemónico de los Estados Unidos y el ascenso sostenido de China. Las instituciones internacionales son escenarios donde se deliberan, proponen y acuerdan reglas y normas. También se les proporciona o confían algún tipo de autoridad hacia sus miembros. Esto explica la motivación de las potencias por tener un papel de liderazgo en las instituciones internacionales y, en caso de no lograrlo, suelen decidir no unirse a ellas, salirse, o crear nuevas instituciones como lo viene haciendo China en el transcurso del último tiempo, pasando de ser un tomador de normas a un generador de normas, donde la creación de instituciones  se convirtió en una herramienta central de la diplomacia China. 

En ese sentido, en el encuentro entre las autoridades chinas y argentinas, Wang propuso, en vistas a cumplirse en 2022 los 50 años de relaciones diplomáticas, conformar una Comisión Binacional Permanente para favorecer el diálogo bilateral. Así, China garantizaría sus acuerdos estratégicos con el gobierno argentino y promovería la radicación de empresas chinas en territorio argentino.

Por último, cabe destacar que ante la intranquilidad de Estados Unidos sobre los acercamientos entre China y Argentina, y la necesidad de contar con el apoyo del hegemón en las negociaciones con el FMI, desde el gobierno argentino se está evaluando con cautela no sólo el contenido de estos acuerdos con China sino también cuándo sería el momento oportuno para concretarlos. 

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Clara Labat 

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Gonzalo Roza, gon.roza@fundeps.org

En el marco del proceso de revisión del segundo Plan de Acción del Grupo BID-Sociedad Civil (2022-2024), más de 20 organizaciones de la sociedad civil enviamos una carta al Presidente del BID,Claver-Carone, con observaciones y recomendaciones para fortalecer la relación del BID con sociedad civil y comunidades afectadas.

Si bien celebramos el hecho de que el BID revise el Plan de Acción para fortalecer la relación con la sociedad civil y las comunidades afectadas, creemos que la forma en que se está estructurando la revisión inhibe la participación de la sociedad civil en el proceso. Por este motivo las recomendaciones enviadas al Presidente y su Secretaría Ejecutiva, se orientan en 2 sentidos:

  • Por un lado, se solicita al Banco que proporcione espacios específicos e información completa y accesible para que la sociedad civil, incluidos los pueblos indígenas,comunidades locales, personas afectadas por los proyectos del Grupo BID (comprendidos los solicitantes del MICI) y organizaciones críticas al BID puedan participar e involucrarse efectivamente. En este sentido, resulta fundamental que las agendas comiencen a ser construidas de forma participativa, que las invitaciones a las consultas sean al menos con 30 días de anticipación y que incluyan una amplia gama de partes interesadas. También se torna necesario la optimización y ajuste de los procesos de consultas públicas ya que actualmente son excesivamente rígidos y no propician una discusión significativa ni directa entre las partes, generando finalmente insumos poco productivos que continúan debilitando la transparencia y rendición de cuentas en el Banco. 
  • Por otro lado, se enfatiza que luego de la consulta o diálogo,el BID debe garantizar la comunicación continua que mantenga informadas a las partes interesadas y proporcionar información sobre cómo sus aportes influyeron en las decisiones tomadas.

Creemos que el compromiso del Grupo BID con la sociedad civil y las comunidades

afectadas ha sido y sigue siendo preocupantemente débil en comparación con otras instituciones pares.El presidente del BID tiene la oportunidad de liderar el cambio hacia un banco más responsable y debe fomentar una cultura institucional en la que se  acepte que el Banco comete errores y sea más receptivo no sólo a las interacciones y críticas constructivas de los actores externos, incluida la sociedad civil y las comunidades afectadas, sino también a sus mecanismos internos de rendición de cuentas.

Para acceder a la carta completa enviada al BID acceda aquí

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Camila Victoria Bocco

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Gonzalo Roza – gon.roza@fundeps.org

Desde el 25 al 29 de octubre se llevó a cabo la séptima sesión del Grupo de Trabajo Intergubernamental en Ginebra. En la sesión, que discutió sobre el Tercer Borrador Revisado del Tratado vinculante sobre Derechos Humanos y corporaciones transnacionales, participaron delegaciones de los Estados miembros de la ONU, movimientos y organizaciones de la sociedad civil.

El Grupo de Trabajo Intergubernamental de composición abierta (IGWG por sus siglas en inglés) fue creado por el Consejo de Derechos Humanos de la Naciones Unidas en 2014 con el fin de elaborar un instrumento jurídicamente vinculante para regular las actividades de las empresas transnacionales con respecto a los derechos humanos. Desde 25 al 29 de octubre, se desarrolló en Ginebra la séptima sesión del IGWG que discutió sobre el Tercer Borrador Revisado del tratado vinculante sobre Derechos Humanos y empresas publicado el pasado 17 de agosto de 2021. De la sesión participaron no solo representantes de los Estados miembros, sino también organizaciones de sociedad civil  y movimientos sociales. 

La presidencia del IGWG, actualmente llevada adelante por Ecuador, abrió la séptima sesión afirmando que las negociaciones deben ser “lideradas por los Estados”, lo que generó la preocupación de cómo se incluirán las contribuciones de la sociedad civil, especialmente en un contexto en el que existe una continua y amplia participación de las organizaciones de la sociedad civil, sindicatos, movimientos sociales y de las comunidades afectadas por las actividades de las empresas transnacionales, y al ser esta iniciativa uno de los procesos con mayor apoyo en la historia de los IGWG de la ONU. 

Por otra parte, en este año se cumplió el 10º aniversario de los “Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos”, una de las iniciativas más importantes a nivel global en la protección de los derechos humanos en la actividad empresarial y que constituye un marco de referencia en los que se explican y distribuyen deberes y responsabilidades complementarias entre Estados y Empresas. Sin embargo, su aplicación es voluntaria. El aniversario  este será el tema principal del próximo Foro Global de las Naciones Unidas  sobre Empresas y Derechos Humanos que tendrá lugar desde el  29 de noviembre al 1 de diciembre, y ofrecerá la oportunidad de evaluar los logros conseguidos hasta la fecha, identificando carencias y desafíos, y  de inspirar un renovado impulso para una mayor y mejor aplicación mundial por parte de los Estados y las empresas en la próxima década.

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Julieta Boretti

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Gonzalo Roza, gon.roza@fundeps.org

 

El VI Foro Regional sobre Empresas y Derechos Humanos en Latinoamérica y el Caribe se celebró de manera virtual del 4 al 6 de octubre de 2021, bajo el lema “Construyendo la agenda de empresas y derechos humanos para la próxima década”.

A diez años de la adopción de los Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos (PRNU), el Foro supuso una gran oportunidad para la reflexión sobre los desafíos pendientes y ofreció un espacio para el diálogo entre los gobiernos, las empresas, la sociedad civil y otros grupos interesados como los pueblos indígenas, las organizaciones de trabajadores y trabajadoras y las organizaciones internacionales, sobre las tendencias, los desafíos y las buenas prácticas para prevenir y abordar los impactos negativos de las empresas sobre los derechos humanos.

La próxima década de los Principios Rectores, llama especialmente a los Estados del mundo a redoblar sus compromisos y tomar acciones concretas para crear las condiciones habilitantes para el respeto de los derechos humanos por parte de las empresas. No obstante, la participación de otras partes interesadas en el marco de la construcción e implementación de la agenda de empresas y derechos humanos no solo ha demostrado ser una necesidad para la legitimidad sino también una garantía para su eficacia y continuidad. 

Aún más, la actual situación mundial y el contexto de reactivación económica y de crisis climática, enfatizan la importancia de la existencia de una agenda de empresas y derechos humanos comprometida en abordar problemáticas estructurales que se exacerban, como la desigualdad, la pobreza y la informalidad y en mitigar los efectos negativos en los derechos humanos ocasionados por la pandemia.

En este escenario, reflexionar entre las diferentes partes involucradas sobre las oportunidades en la región para construir mayor coherencia entre las agendas conexas y avanzar decididamente hacia la prevención, mitigación y reparación de los impactos negativos de la actividad empresarial sobre los derechos humanos y el ambiente,se torna fundamental.

En línea con su propósito, durante el VI Foro Regional se ha conversado y compartido experiencias en diferentes ámbitos que fueron englobadas en paneles como: “La consolidación de la coherencia internacional para la próxima década de las Empresas y los Derechos Humanos en la región”, “El rol de la sociedad civil”, “Instrumentos de política pública en Empresas y los Derechos Humanos”, “Estado del proceso hacia un instrumento jurídicamente vinculante sobre Empresas y los Derechos Humanos”, entre otros. Cabe destacar que, previo al inicio del Foro, el 4 de octubre, hubo diferentes sesiones preparatorias. Desde Fundeps también participamos en la sesión preparatoria para Organizaciones de la Sociedad Civil. 

Celebramos lo enriquecedor de este encuentro y reafirmamos la necesidad de continuar participando activamente y fortaleciendo este tipo de espacios que buscan contribuir a una mayor puesta en práctica de los PRNU en América Latina y el Caribe mediante una mayor apropiación y construcción colectiva de recomendaciones concretas dirigidas a los Estados, empresas y otras partes involucradas.

Esperamos, también,que el diálogo resulte fructífero para el conjunto de les actores y le de reimpulso a  las diferentes iniciativas vigentes a nivel global para la protección y respeto de los derechos humanos (como los Planes de Acción Nacional sobre Empresas y Derechos Humanos o el Instrumento Internacional Jurídicamente Vinculante sobre Empresas Transnacionales y otras empresas con respecto a los Derechos Humanos) y que no solo se limite a buenas intenciones sino que realmente sirva para mejorar la relación entre la actividad empresarial,las personas trabajadoras, el ambiente y las comunidades locales.

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 VI Foro Regional sobre Empresas y Derechos Humanos en Latinoamérica y el Caribe

Se realizó el V Foro Regional sobre Empresas y Derechos Humanos para América Latina y el Caribe – Fundeps

Presentamos comentarios al borrador del tratado de empresas y derechos humanos – Fundeps

Comentarios y propuestas para el borrador ‘zero’ de instrumento internacional jurídicamente vinculante sobre empresas transnacionales con respecto a los derechos humanos – Fundeps 

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Camila Victoria Bocco

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Gonzalo Roza, gon.roza@fundeps.org

En el marco del día del acceso a la información pública, presentamos el documento “Acceso a la Información en Argentina. Dificultades y lecciones aprendidas accediendo a información sobre proyectos de infraestructura y energía con financiamiento chino en el país”.

La República Popular de China es la segunda economía mundial con gran relevancia en el comercio, el financiamiento internacional y la provisión de inversión extranjera directa siendo América Latina, y en particular la Argentina, uno de los mayores receptores de inversiones en infraestructura de origen chino. 

A pesar de ello, uno de los principales retos que se presentan a la hora de analizar el creciente financiamiento chino de proyectos tanto en la región como en Argentina, es la poca transparencia y la dificultad para poder acceder a información detallada, certera y oficial acerca de estos proyectos. Así, en muchos casos la escasa información disponible acerca de los montos de inversión, los actores involucrados, las condiciones de financiamiento o incluso las particularidades de los proyectos, dificultan la posibilidad de realizar un seguimiento y monitoreo pormenorizado de los mismos e incluso de sus impactos e implicaciones para el país o la región donde se lleva adelante.

Al mismo tiempo, la evaluación por el cumplimiento de China de los principios consignados en la Declaración Universal de Derechos Humanos realizada por las Naciones Unidas en el marco del Examen Periódico Universal (EPU) evidencia que muchos proyectos de desarrollo e infraestructura de empresas chinas no son compatibles con los derechos humanos, ni respetuosos con el medio ambiente y la sostenibilidad de los recursos naturales, ocasionando impactos no solo económicos sino también sociales, ambientales y culturales. De allí que la información en torno a dichos proyectos debe necesariamente ser transparente y provista de manera oportuna y eficiente, sobre todo a aquellas comunidades y poblaciones que se ven afectadas por las mismas.

Partiendo de este panorama, la presente publicación busca identificar dificultades y lecciones aprendidas a partir de la experiencia práctica de acceder a la información sobre proyectos de infraestructura y energía con financiamiento chino en Argentina. Para dicho objetivo se realizaron una serie de solicitudes de información en el marco de la Ley de Acceso a la Información Pública N° 27.275 vigente en el país. Asimismo, se evaluó la experiencia de acceso a la información desde fuentes estatales y no estatales, principalmente portales y medios periodísticos que se focalizan en las vinculaciones sino-argentinas. 

A partir de la identificación de algunas de esas dificultades existentes a la hora de acceder a información sobre la temática, se proporcionan reflexiones y lecciones aprendidas que alimentan una lista de recomendaciones tendientes a fortalecer el derecho de acceso a la información en la Argentina.

La transparencia y el correcto y oportuno acceso a la información se presentan como elementos claves para poder comprender de manera más acabada la creciente participación de China en el financiamiento de proyectos de infraestructura y energía en nuestro país. Justamente, el acceso a la información, la transparencia y los proyectos de infraestructura deberían ir de la mano si se desea lograr infraestructura sostenible y de calidad. 

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  • Gonzalo Roza, gon.roza@fundeps.org

El presente reporte busca identificar dificultades y lecciones aprendidas a partir de la experiencia práctica accediendo a información sobre proyectos de infraestructura y energía con financiamiento chino en Argentina.

El pasado abril de 2021, la Oficina de Evaluación y Supervisión (OVE) del Banco Interamericano de Desarrollo (Grupo BID) publicó la Evaluación del Mecanismo Independiente de Consulta e Investigación (MICI). Posterior a la evaluación, el MICI ha modificado su política excluyendo la claúsula que evita el registro de quejas que forman parte de procesos judiciales nacionales abiertos. 

La evaluación llevada a cabo intentó determinar si el MICI es efectivo y eficiente en tres áreas: (1) la resolución de quejas, (2) la promoción de aprendizaje institucional, (3) accesibilidad, independencia objetiva, imparcialidad y transparencia. Finalmente, OVE hizo 5 recomendaciones generales sobre cómo el Directorio, el Banco y el MICI pueden mejorar la aplicación de las salvaguardas sociales y ambientales del BID.  

En general, el documento identificó elementos que impiden el funcionamiento efectivo del MICI, incluyendo barreras de accesibilidad, limitaciones innecesarias a su independencia y una falta sistémica de remediación por parte del Grupo BID cuando los proyectos no cumplen con las salvaguardas. Fundeps junto con otras organizaciones de la sociedad civil, decidimos publicar una respuesta y enviar recomendaciones/comentarios al MICI. 

A continuación, resumimos nuestros puntos de discusión y preocupación para cada una de las recomendaciones realizadas por OVE:

Recomendación #1 – Implementar y mejorar el sistema de gestión del Banco para los reclamos ambientales y sociales: Estamos de acuerdo con los hallazgos de OVE que demuestran que el requerimiento para que las comunidades hagan esfuerzos de contacto previo con la Administración, es una barrera problemática para el acceso al MICI. Las personas afectadas que presentan quejas al MICI han experimentado de primera mano la inefectividad de presentar ciertos reclamos a la Administración. No obstante, la propuesta de OVE para establecer un mecanismo propio de la Administración del Banco es una medida que consideramos incompleta. Para asegurar la efectividad del mecanismo y del Banco, lo mejor sería remover el requerimiento para que las comunidades primero se contacten con la Administración. 

Recomendación # 2 – Derogar la exclusión legal: Los hallazgos del reporte sobre la impropiedad de la exclusión legal, y su severa restricción a la accesibilidad, son claros. Aplaudimos al reporte por mencionar que la exclusión legal debe ser eliminada. El rol de un mecanismo de rendición de cuentas dentro de una institución es único y diferente a los procedimientos judiciales. Un mecanismo debiera examinar el cumplimiento de los propios estándares de la institución, un mandato que no se superpone con las cortes o tribunales judiciales. Con la aprobación de la Evaluación de OVE por parte del Directorio, la decisión de eliminar la exclusión legal se hace efectiva a partir del 1 de julio de 2021. Sin embargo, la resolución que aprueba la eliminación de la exclusión legal debería ser publicitada o publicada para asegurar que sea ampliamente conocida la decisión de remover este requisito. 

Recomendación #3 – Reforzar la independencia del MICI: La importancia de la independencia del MICI, así como con otros mecanismos de rendición de cuentas, no puede ser lo suficientemente resaltada. La independencia es una condición esencial para otros atributos como la objetividad, imparcialidad, y transparencia. El reporte encuentra a la necesidad del MICI de asegurar la aprobación del Directorio del Banco antes de comenzar las investigaciones, como un gran problema que ha generado “situaciones que comprometen la independencia del mecanismo”. Desde la sociedad civil consideramos que para asegurar su independencia, el MICI debería tener la autoridad para determinar cuándo iniciar una investigación sin aprobación del Directorio. Ésta es una buena práctica que, como es notado por el reporte, es adherida por muchos otros mecanismos. Como una alternativa a la política actual, para mitigar el efecto perjudicial en la independencia del MICI, la política debería ser actualizada delineando específica y estrechamente los motivos técnicos para que el Directorio revise la decisión del MICI de iniciar una investigación

Recomendación #4 – Asegurar la acción correctiva cuando hay hallazgos de incumplimiento y daño asociados:  La Evaluación claramente declaró la falta de remedio para casos de verificación de la observancia siendo que “no han tenido resultados concretos para los solicitantes, a pesar de los hallazgos de incumplimiento y daños relacionados  establecidos por el MICI”. Esto lo hemos visto en nuestro trabajo de casos. La recomendación de la Evaluación para que todos los actores -el Directorio, la Administración y el MICI- adhieran a la práctica de consistentemente proveer acciones correctivas, es un paso en la dirección adecuada. No obstante, este resultado se conseguiría de mejor manera con un cambio claro en la política que incluya puntos como: (a) Consultas durante el desarrollo de planes de acción correctivos, (b) aprobación de los planes de acción con base en su suficiencia, (c) monitoreo de cumplimiento de los planes de acción, y (d) alertar al Directorio en casos de incumplimiento de los planes.  Finalmente, mientras que la evaluación de OVE documenta múltiples instancias en las que las comunidades han quedado sin remedio, a pesar que los reportes de verificación de la observancia han encontrado una causa del daño en el incumplimiento del Banco, lamentablemente no se provee ninguna recomendación para estas comunidades.

Recomendación #5 – Fortalecer la capacidad interna del MICI: Uno de los focos de la Evaluación del MICI sobre su funcionamiento interno es la dependencia del modelo de consultores para el personal. La importancia del personal del MICI con relación a su efectividad para resolver reclamos es evidente. El Banco debería comprometerse a proveer los recursos humanos y financieros necesarios para implementar este cambio y evitar que la falta de recursos humanos se traduzca en demoras durante los procesos de queja. El Banco debería asegurar además, el incremento de su capacidad en términos de recursos como sea necesario. 

Ahora bien, desde la sociedad civil consideramos que las consultas públicas e inclusivas son requeridas para la implementación de todas las recomendaciones. De igual manera, creemos que la implementación de estas recomendaciones requerirá cambios a la política del MICI. Los pasos que se tomen para garantizar el cumplimiento de las salvaguardas sociales y ambientales y la rendición de cuentas en casos de incumplimiento, deben ser informados por aquellas personas afectadas por los proyectos (quienes viven y trabajan en los sitios de implementación). Para escuchar a quienes han sido afectados y sus representantes, el BID y el MICI deberían consultar públicamente acerca de sus planes para implementar las recomendaciones de OVE. 

El MICI juega un rol fundamental dentro del BID, proveyendo un canal para que las personas afectadas por los proyectos, beneficiarias del trabajo del Banco, eleven sus reclamos en búsqueda de remediación. Sin embargo, como la Evaluación de OVE deja en claro, existen brechas en las prácticas actuales del MICI -y las prácticas relacionadas del Directorio y la Administración- que previenen la efectividad del mecanismo. Para asegurar la legitimidad del MICI, el Banco tiene que actuar para abordar estos problemas completamente. 

 

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Evaluación interna del BID plantea la necesidad de reformas en el funcionamiento del MICI

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Agustina Palencia

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El pasado 5 de julio el Directorio de CAF -Banco de Desarrollo de América Latina- eligió por mayoría a Sergio Díaz-Granados como nuevo Presidente Ejecutivo de la institución, en una reunión semipresencial realizada en el Palacio Nacional de México. El colombiano Díaz-Granados asumirá el cargo el 1 de septiembre de 2021 por un período de 5 años.

El Banco de Desarrollo de América Latina, anteriormente conocido como Corporación Andina de Fomento (CAF), es una institución financiera multilateral líder en América Latina cuya misión, de acuerdo a su página web, es apoyar el desarrollo sostenible de los  países accionistas y la integración regional. Desde 1970, la institución atiende a los sectores público y privado, suministrando productos y servicios financieros múltiples a una amplia cartera de clientes, constituida por los gobiernos de los Estados accionistas, instituciones financieras y empresas públicas y privadas.

El Directorio de CAF designó a Sergio Díaz-Granados como nuevo Presidente Ejecutivo de la institución el pasado 5 de julio en una reunión semipresencial que tuvo lugar en el Palacio Nacional de México. En la elección, el colombiano Díaz-Granados superó al candidato argentino Christian Asinelli, actual subsecretario de Relaciones Financieras Internacionales para el Desarrollo de la Secretaría de Asuntos Estratégicos de la Presidencia, quien ocupará una de las vicepresidencias de la entidad.

La elección del nuevo presidente se produce luego de la renuncia del anterior Presidente Ejecutivo, el peruano Luis Carranza, quien se retiró de la entidad un año antes que finalice su mandato en medio de denuncias de abuso de poder, renuncias forzadas y fuertes internas en el organismo multilateral de crédito.

Sergio Díaz-Granados, es un destacado abogado que actualmente se desempeña como Director Ejecutivo para Colombia en el Grupo BID.  Cuenta con una extensa carrera en el servicio público y privado, tanto en el plano nacional como internacional, con especial énfasis  en los temas de desarrollo e integración regional.  A lo largo de su carrera, Diaz-Granados  se ha desempeñado como Ministro de Comercio, Industria y Turismo de Colombia, Viceministro de Desarrollo Empresarial y Presidente de las Juntas Directivas de Bancóldex y ProColombia. Asimismo, ha sido congresista y presidente de la Comisión de Asuntos Económicos de la Cámara de Representantes.

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Autora:

Julieta Boretti

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Gonzalo Roza – gon.roza@fundeps.org

El pasado 1 de abril, la Oficina de Evaluación y Supervisión (OVE) presentó un informe de evaluación del Mecanismo Independiente de Consulta e Investigación (MICI) correspondiente al período 2015-2020. La evaluación examinó la política del Mecanismo y la aplicación de la misma, con el objetivo de informar a los Directorios del BID y de BID Invest sobre la medida en la que el MICI ha sido un mecanismo efectivo y eficiente en la resolución de reclamos asociados a impactos ambientales y sociales de los proyectos financiados por el Banco.

En su informe la Oficina de Evaluación y Supervisión (OVE) determinó que la actual política del MICI corrigió importantes temas identificados en su evaluación pasada de 2012. Entre los principales avances, destacó la solución a los problemas de rendición de cuentas y conflictos de interés asociados a la estructura organizacional previa, así como los problemas de duplicación de la instancia de elegibilidad; el establecimiento de plazos para la gestión de las solicitudes; y la creación de instancias para la participación de la administración. Asimismo, destacó una mayor consistencia entre la política, las directrices desarrolladas, y los procesos asociados. 

La evaluación también resaltó los avances que se dieron en el funcionamiento interno del MICI, producto de la reestructuración del mecanismo, así como del proceso de consolidación y aprendizaje institucional. El mecanismo ha logrado definir su plan de trabajo y gestionar sus recursos humanos y presupuestarios con independencia de la administración del Grupo BID.

Sin embargo, la exclusión judicial, un tema clave, quedó pendiente. La misma es una de las excepciones de la política interna a la elegibilidad de solicitudes y establece que no son elegibles aquellos asuntos planteados en una solicitud que estén siendo objeto de procesos arbitrales o judiciales en un país miembro del Grupo BID. 

 Si bien la exclusión judicial fue identificada por OVE en 2012 como un factor limitante para el funcionamiento efectivo e independiente del MICI, se mantuvo en la política reformulada en 2014. Asimismo, existen otras limitaciones que han surgido en la aplicación de la política en los últimos 5 años pero que, en gran medida, han sido solventadas por el MICI. Esto evidencia que existe suficiente margen para que el mecanismo gestione las limitaciones de la actual política.

Acceso al MICI

En cuanto al acceso al mecanismo, OVE identificó que el MICI no es aún muy conocido entre solicitantes. Dando cuenta de que entre los diferentes niveles institucionales hay una falta de consenso  sobre la importancia de dar a conocer el mecanismo  y la forma de lograrlo. Cuestión que no debe ser pasada por alto, ya que el acceso al MICI depende del conocimiento que tengan las personas sobre la existencia del mecanismo.

Por su parte, quienes lograban acceder al MICI se encontraban con que sus solicitudes no quedaban registradas debido a la dificultad para cumplir con algunos requisitos. Al respecto, el Grupo BID no cuenta con un sistema de gestión de reclamos  lo que imposibilita conocer la cantidad de inquietudes que recibe la administración. 

Gestión de casos

Respecto a la gestión de casos, si bien el MICI se encuentra operando en conformidad con los principios establecidos en su política: independencia, objetividad, imparcialidad, transparencia y eficiencia; ve afectada su capacidad para actuar de manera independiente a raíz de la sujeción a las decisiones del Directorio Ejecutivo.  

De acuerdo con su política, el Directorio controla la posibilidad de iniciar una investigación en la Fase de Verificación de la Observancia (FVO) y decide si se aprueban o no las recomendaciones de una investigación del MICI. Originalmente, la aprobación del Directorio para continuar con una investigación se pensó como un procedimiento corto pero ha llegado a conformarse como un procedimiento contencioso afectando la independencia del MICI.

Por último, muchas investigaciones en curso han presentado demoras vinculadas con la complejidad de los proyectos y temáticas. También se presentaron quejas por parte de los solicitantes sobre la extensión y lentitud de los procesos en la Fase de Verificación de la Observancia (FVO), lo que disminuye las posibilidades de reparación efectiva. 

Recomendaciones

Luego de identificar las principales dificultades en el actual funcionamiento del mecanismo, OVE propuso una serie de recomendaciones a adoptar por parte del MICI. Entre las principales se destacan, en primer lugar, dejar sin efecto la exclusión judicial, y fortalecer sus capacidades internas.  A su vez, OVE destacó la necesidad de reforzar la independencia del mecanismo y asegurar la adopción de medidas correctivas cuando existan hallazgos de incumplimiento con las políticas y daños relacionados. 

Recordando que uno de los objetivos principales del Grupo BID es la mejora en la calidad de vida en la región, el monitoreo de su política se conforma como una herramienta clave para garantizar el cumplimiento de las salvaguardas socioambientales y de transparencia en el desarrollo de los proyectos financiados. De aplicarse las recomendaciones elaboradas por OVE implicaría una declaración de compromiso por parte de MICI para con las personas usuarias, quienes entre otros reclamos, han insistido sistemáticamente por una mejora en las condiciones para acceder al mecanismo. 

A partir de esta evaluación, cabría preguntarse si las limitaciones de la actual política pueden rectificarse incorporando las recomendaciones de la OVE o si estas limitaciones, por el contrario, hacen necesaria una nueva revisión integral de la política, medida que se encuentra descartada por OVE hasta el momento.

Desde Fundeps, consideramos que aún quedan muchos obstáculos por superar para garantizar una actuación efectiva e independiente del mecanismo, especialmente lo referido a la necesidad de dejar sin efecto la exclusión judicial. No obstante, resaltamos la importancia de este tipo de instancias beneficiosas tanto para el sector público como privado, y especialmente, para las comunidades afectadas por las inversiones del Grupo BID. 

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Autoras:

Clara Labat 

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Gonzalo Roza, gon.roza@fundeps.org